lunes, 24 de septiembre de 2007

Arg. de Quilmes 2 - Muñiz 1

*Resúmen de medios*

Soloascenso.com.ar. Cortó el maleficio.

El Mate logró sumar de local y derrotó por 2 a 1 a Muñiz en la barranca quilmeña. Los goles los convirtieron Jorge Coria de tiro libre en el primer tiempo y Héctor Amarilla en el segundo. El visitante comenzó ganando un gol de cabeza de Carballo tras un centro que el arquero Mate no pudo controlar. De esta forma, Argentino de Quilmes sumó sus primeros tres puntos del campeonato como local y cortó la mala racha que perseguía al equipo del DT Cristian Aldirico.

clubargdequilmes.com.ar. La premisa era ganar... y ganó.

Argentino se jugaba mucho mas que tres puntos ante uno de los rivales mas débiles de la categoría. Tuvo un muy buen primer tiempo y arrancó con todo, aunque a los quince, por un error de Ferlautto, se encontró perdiendo uno a cero. Sin embargo, lo empató Coria en tres minutos y creó mas de diez chances clarísimas de gol hasta que a los cinco del complemento lo dio vuelta. Después se relajó demasiado y el final opacó el buen rendimiento, aunque fue poco efectivo en relación al pobe rival y la cantidad de chances que generó.

Vaya si era necesario ganar. Vaya si necesitaba este equipo, y fundamentalmente su entrenador, una victoria esta tarde. Y mas aún estando enfrente el rival mas débil e impresentable de la categoría, con todo el respeto que la gente de Muñiz merece. Es que el Mate se encontró con un conjunto muy pobre técnica y tácticamente hablando, que sólo se limitó a defenderse y patear para arriba cuanta pelota pasaba cerca de su arco, sin siquiera exponer un argumento de equipo “profesional”.

Y así y todo, ganó por la mínima diferencia, pero que es necesario explicar detalladamente porque lejos está el resultado con la realidad, que mostró noventa
Y va una mas. El Mate probó por una y otra vía, y generó chances de todos los colores. Contaron con opciones Arias, Amarilla, Manes, Mastandrea y hasta Panno, cuando ingresó en el complemento. Pero le faltó justeza en la definición.
minutos muy lejano al dos a uno que figurará en todos los diarios. Porque, desde el minuto cero, el conjunto de Aldirico aplastó al Rojo en todo sentido y en cada sector del campo de juego, exhibiendo una y mil variantes para destruir el endeble cerrojo defensivo, aunque sin eficacia para plasmarlo en el marcador.
En los primeros quince minutos, el Mate tuvo cuatro opciones clarísima de gol: un cabezazo bárbaro de Coria que encontró una perfecta respuesta con manotazo cambiado de Patenden, un mano a mano algo exigido de Arias que terminó con la barrida del arquero al córner, un disparo débil pero casi cara a cara de Manes entrando por el medio y un desborde de Amarilla que no pudo empujar el grandote Arias. Y todo eso en medio de un contexto que mostraba una superioridad abismal con un rival que ni siquiera había pasado la mitad de cancha.Pero en la primer llegada de Muñiz, Barrionuevo sacó un centro que contó con una desafortunadísima salida a destiempo de Ferlautto y la cabecita oportuna de Carballo, que ni siquiera él pudo creer que la pelota terminó en gol. Baldazo de agua fría a los veinte, que enmudecía la Barranca por completo. Pero Argentino se sintió herido y reaccionó rápido en gran forma: Coria ejecutó con precisión y mucha rosca tiro libre de treinta metros que encontró mal parado y con una tardía respuesta del Uno visitante y clavó el empate. Y la justicia decía presente en la hermosa tarde de Quilmes.
Los de Aldirico no sacaron el pie del acelerado y el arco del Rojo se convirtió en zona de bombardeo. Porque Coria y Amarilla se juntaron e hicieron desparramo, dejando a Manes cara a cara con Patenden pero sin poder convertir. Porque Cabello se apoderó junto a Almirón de todo el sector medio, Manes creó un surco por derecha y Amarilla se mostró con suma inteligencia para crear espacios, encontrar huecos y exhibir una constante de peligro en el área rival. Aunque en la primera parte no pudo estar fino y certero en la definición.
Sobre el cierre del primer acto, y luego de crear mas de ocho opciones clarísimas de gol, el milagro acompañó al visitante: centro de Amarilla, Arias no llega a empujar y Manes anticipa de cabeza a Marrano, pero Patenden alcanza a tapar. Y en el rebote Mastandrea sólo, a la altura del punto penal, revienta el travesaño. Como para dejar bien en claro que Argentino había pasado por arriba a su rival, pero nunca pudo plasmarlo en el marcador.El complemento arrancó igual que el cierre del primer acto, pero con la diferencia que el Mate consiguió muy pronto el gol tan merecido. Mastandrea recibió en la puerta del área grande, aguantó la pelota a la espera de la llegada de un compañero y tocó justo para el ingreso de Amarilla, quien de bolea destruyó la resistencia del arquero Rojo. Golazo, y ahora sí que la tarde pintaba para una goleada histórica. Porque eran tantas las llegadas y las situaciones que creaban los de la Barranca, que la ventaja necesaria para lograr la tranquilidad llevaba a pensar que todo terminaría en fiesta.Pero los de Aldirico se durmieron, como aferrándose al primer triunfo en casa en cuatro presentaciones en la temporada, y bajaron los decibeles regalándole la pelota al rival. Aunque a esa altura parecía una quimera pensar que la dureza de los volantes de Muñiz, la torpeza de los laterales para subir por los costados y la impotencia ofensiva de los delanteros podían cambiar la historia.Transcurrieron los minutos y el partido cayó en un pozo. Porque el visitante tenía la obligación pero no contaba con que cambiar la historia. Y el Mate se tiró atrás en post de conservar la diferencia. Encima Coria salió acalambrado y Aldirico metió a Tello, justamente para ganar en marca en el medio. Aún así, Amarilla encabezó dos o tres contras que debieron terminar en gol, pero que la mala puntería del ex Berazategui dilapidaron las chances. También Panno y Mannes desperdiciaron dos jugadas clarísimas para cerrar el juego.El final marcó la tranquilidad de haber vuelto al triunfo y la alegría del plantel por haber vuelto a mostrar un buen nivel. Aunque el segundo acto opacó algo el rendimiento superlativo de la primer parte, que debe tomarse con pinzas al analizar al rival, deficiente en todas sus líneas y muy inferior al nivel general de la categoría. Pero que no deja de significar la victoria ante la gente, que por primera vez puede sonreír en Alsina y Cevallos. Y eso no es poco. Menos para un Aldirico que hoy depende de los resultados y necesita de triunfos para trabajar tranquilo en un proyecto serio, ambicioso y respaldado por la comisión directiva. Pero que como todos los proyectos del fútbol argentino, dependen del final de los noventa minutos de cada fin de semana.

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